Primeras impresiones
Katmandú me gusto más de lo que esperaba, aunque la verdad las primeras impresiones no fueron buenas. Un taxista pirata, intentando llevarme a distintos hoteles donde él tenía comisión y paseándome por Kathmandu.
Cuando se cansó ya fuimos a mi hotel, entonces no tenía cambio y pensaba que le dejaría el resto de propina, después de haberme mareado con las vueltas lo tenía claro. Al final pagué menos del precio, porque fue incapaz de encontrar cambio.
También a decir que venía de Dubai, y claro, de Dubai a Kathmandu hay un contraste importante en todo, en organización, construcciones, gente, estado de la ciudad.
Pero enseguida me gustó la ciudad, y me sirvió de entrenamiento para lo que se venía encima a la India.
La gente Nepalí
Muy pesados, todos quieren venderte algo, o hacerte de guía o tuk tuks, el caso es agobiarte.
Muchos se ponían a andar contigo por la calle y contarte cosas de la ciudad pero claro, luego venía el momento tenso, cuánto te querían llevar a su tienda o empresa a vete a saber que, mandalas y cosas de ellos. En fin, diciendo que no te interesa y poniéndote un poco fuerte, se terminaba el tema.
Thamel
Thamel es un barrio concurrido frecuentado por turistas y la principal zona de ocio nocturno de la ciudad. En los bares se puede disfrutar de música en directo. Hay restaurantes de todo tipo de cocina, nepalí e internacional.
Aquí tenía situado el hotel, como la mayoría de los turistas, es muy céntrico y solo tirando abajo encuentras a Durbar Square y Asan bazar.
Asan Bazar
Aquí en Asan Bazar comienza el caos, tiendas y más tiendas llenas de mercancías, gente y más gente mirando todo lo que tenían, motos y más motos circulando entre la gente y comprando desde la silla de la moto, coches y más coches pasando en medio del caos y ahí siempre tienen preferencia los coches, en todas las circunstancias.
Aparte de los claxons que no paran de sonar, no porque haya peligro de accidente, sólo por decir que «aquí vengo y no pienso parar».
El cableado eléctrico superando al del sudeste asiático, espectacular.
I por fin llegas a Durbar Square
Durbar Square y los pesados de la plaza
Esto es realmente un lugar bonito, impactante pero ya te aseguro que si vas solo, no podrás disfrutarlo en calma, todos los buscavidas estarán encima de ti en todo momento, cuando uno te deje entrará el siguiente y así hasta que te amarguen por completo la visita.
Yo sólo llegar me senté en una sombra a fumar y enseguida se me enchufó uno que hacía de guía y hablaba castellano. Agobiándome durante más de 20m para que lo contrates.
Al final se convenció de que no sacaría nada conmigo y me metió la bronca, que esta no era manera de visitar los sitios porque no sabré lo que veo, hombre, sé leer, he leído lo que me interesa de aquí antes de venir, llevo información de sobra en el móvil de cada sitio que ver.
Se va y en 30 segundos ya tenía otro guía, este en inglés, se lo digo que su amigo ya lo ha intentado, que no pierda el tiempo pero me enseña un carnet que él es guía oficial, muy bien chico pero no me interesa. Me da el teléfono y se marcha.
Al cabo de 20 segundos viene uno y que me puede llevar con taxi a ver todos los alrededores de la ciudad, ¿por qué?, ¿si acabo de llegar aquí y todavía ni me he fumado el cigarrillo ni he visto nada?
Se va y empiezan a venir el resto, que si collares, bolsas, gafas de sol, marihuana del Himalaya, que si puñales… un agobio importante.
Visitando por fin Durbar Square
En Durba Square tienes 48 templos por visitar. En principio yo lo estaba mirando todo hasta que me detuvo un policía y me enseñó una taquilla donde tenía que pagar 1500 rupias por circular por la plaza. Te ponen una tarjeta colgando del cuello y ala, a visitar.
Es fácil pasar desapercibido sin la tarjeta, lo que ocurre que no lo sabía y pasé demasiado cerca del policía y a pagar.
Te da derecho a pasear por la plaza, entrar en el museo y poco más, puesto que entrar en templos son muy pocos los que puedes hacerlo.
Kumari Ghar, el templo de la diosa viviente
El templo más buscado es este.
En el corazón de Katmandú, está Kumari Ghar o casa de la diosa viviente Kumari. Parece mentira, pero en pleno siglo XXI todavía existen algunas personas que son consideradas dioses vivientes. Y eso es lo que ocurre con la niña nepalí que vive en esta casa.
Si quieres ver a la diosa Kumari, debes acercarte a Kumari Ghar y tener la suerte de que la deidad quiera asomarse a la pequeña ventana.
La diosa Kumari es sólo una niña que aún no ha alcanzado la pubertad. De hecho, Kumari pierde su posición divina de serlo cuando tiene el período por primera vez o sangra por culpa de alguna herida.
Aquí en Katmandú tuve la suerte de que fuera el domingo y una de sus festividades más importantes, con lo que estaba lleno.
Además, al ser una fiesta de ellos, era uno de los días probables que la niña diosa apareciera por la ventana pero la paciencia no es una de mis virtudes y no la vi.
Los otros templos de Durbar Square
Ahora podría explicaros uno por uno los otros templos, pero no hace sentido, lo mejor que es que pasees por la plaza y los admires, cada uno tiene algo que te dejará embobado.
Os pasaréis horas mirándolos y más, si como fue el caso, es un día en el que están haciendo ceremonias a la mayoría de ellos.
Tendrás que ir esquivando a vendedores ambulantes de todo tipo pero es entretenido.
De ahí volví hacia Asan Market a buscar un sitio para comer y descansar hasta la tarde.
Festival en Katmandú
La verdad, no pude enterarme de qué festival era lo que celebraban porque cada uno lo explicaba diferente, lo que sí sé, es que era el segundo festival religioso más importante que tienen.
Esto hizo que por la tarde las calles estuvieran abarrotadas de gente, procesión, música y más gente.
Realmente fue un espectáculo bonito de ver, veías pasar una procesión hacia un templo pero venía otro hacia otro templo. Realmente entretenida la tarde y muy animada.
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