Mi opinión sobre la India, según mi experiencia
Dicen que India, la quieres o la odias, lamentablemente yo soy de los que acaban odiándola por el acoso al turista sufrido. Debo decir que todo lo que vi me gustó mucho y fue todo bastante más bonito de lo que me esperaba, sobre todo Nueva Delhi. Y me parece un destino muy interesante, pero no para ir solo por tu cuenta.
Iba muy mentalizado por encontrar mucha suciedad y la encontré. También dependiendo de los sitios, por ejemplo Nueva Delhi no estaba tan sucia, Old Delhi realmente sí. Aunque Jaipur y Agra la ganaron de sobra en Old Delhi.
Iba también muy preparado porque me encontraría mucha miseria y la verdad es que las hay. Ciudades como Jaipur y Agra, que son dos destinos turísticos importantes, había mucha miseria. Más en Agra.
Iba también muy cargado de paciencia para el caos organizativo del país, sobre todo por los retrasos en los trenes y debo decir que no sufrí retraso alguno, es más, los que sufrí, en vez de ser en trenes fueron en aviones, con cambios continuos de hora de salida.
Acoso indio al turista
Pero por lo que no iba preparado era para aguantar a los indios y su acoso al turista en la India.
Ya he dicho más arriba que no es sitio para visitar solo y por libre, ya que te conviertes un blanco fácil para ellos.
No veías turistas solos como otros destinos como el sudeste asiático, de hecho no veías turismo extranjero, lo que hay es mucho turismo local.
Los extranjeros que veías, los veías en grupos pequeños de 5 o 6 con un chófer-guía y así evitaban el acoso que sufrí yo.
A ellos les llevaban directamente a los sitios a visitar, a los restaurantes directamente, a los hoteles sin mezclarse con la gente de allí, ni vacas ni ratas y la imagen que se llevan es muy diferente.
Yo realmente tenía que luchar cada paso que daba, cada sitio al que quería llegar o cada cosa que quería comer.
Una mañana en la India
Os contaré la primera hora de una mañana que recuerdo y eso que estaba en New Delhi que es más relajado este acoso.
Salías del hotel y empezabas con los tuk tuks, bueno esto es en todo Asia igual, pero la diferencia es que diciendo, no thanks en los demás sitios te dejan en paz.
Aquí te cruzaban el tuktuk frente a tu camino y entre gente, vacas, puestos de venta en la calle, coches, motos te quedabas como acorralado y te miraban con una cara de pena… y les decías que no y no se marchaban, seguían mirándote, al final tenías que enfadarte para que te dejasen mover.
Where are you from?
Entonces empezaban con where are you from Sir?, al final te deshacías de este y otro, después otro que si su tuk tuk era eléctrico y a mí que.
Luego venía un vendiendo tambores, otro collares, o estatuas de elefante cortadas en madera o bolsas…
Con todo esto no habías llegado ni a la esquina e iban viniendo más tuk tuks y cada vez más.
Recuerdo ese día, giro la esquina y se me engancha otro, ¿otra vez que de dónde soy?, de mi casa ya dónde vas?, aquí.
Iba hacia Jamek masij, la mezquita y el tío me acompañaba y no sé qué quería venderme, pero a medio puente de las vías del tren vio que no haría nada conmigo y pasó, a continuación se me engancha otro, lo mismo, de dónde soy, dónde vas… y empieza a andar conmigo durante más de un cuarto de hora, quería que fuera a una tienda que hacen vestidos para hombre.
Al final, cuando ve que ya no puede venderme nada, me cuenta que es viernes y la mezquita no se puede visitar hasta las dos, ya que ahora es para los que van a orar. Ostras no podías habermelo dicho antes y me ahorraba la caminata?
Continúa el acoso
Giro camino hacia otro destino y otro hombre de donde eres donde vas… Este le dije tú que quieres?, para terminar el tema y dice no, yo voy a trabajar, trabajo en un banco aquí cerca, si vas a la puerta de la India hacemos el mismo camino.
Vale, me fue contando cosas de la India y después de 20 minutos llegamos a su banco, me iba a despedir y me invita a un café y un cigarrillo, muy bien. Entonces me intenta hacer un seguro de viaje, uyy no me interesa, yo viajo con seguro.
Entonces me dice que allí hay una oficina del ministerio de turismo y podría coger información y mapas, no sé cómo me lia para entrar y era un tenderete que ni ministerio ni nada, una oficina de viajes y me empiezan a interrogar sobre el mí viaje.
Les explico que yo ya lo traigo todo contratado, trenes, aviones, hoteles, alguna excursión y me dicen que esto es la India y que todo se puede anular y hacer de nuevo, pero si es que yo no quiero… Solo quiero un mapa de la ciudad y me voy, lo que me costó salir de allí!
Por fin salgo y tuk tuk tuk tuk…
Apenas llevaba una hora en la calle y ya quería irme a casa. Y así todo el día.
La manera de escapar
Luego contraté un tuk tuk para que me llevase al templo del loto y me ofreció a un precio razonable (después de regatear mucho) quedarse conmigo por la mañana y fue la forma de tener un escudo contra todos estos.
La verdad es que es una situación muy cargante, no puedes parar ni a mirar al Google Maps porque enseguida los tienes todos encima.
Lo que me llamaba la atención es el tiempo que dedicaban a perseguirme para convencer, yo iba pensando, si este lleva 20m conmigo, el palo que tendrá que meterme irá en proporción al mismo tiempo que me dedica. .
Así todo el día era, pararse en una tienda era imposible, venían 3 vendedores, te hacían entrar, sentarte… todo un ritual, o sea que lo que te interesaba ver no lo podías ver porque estabas perdido a la que te acercabas a cualquier tienda.
Acoso indio en el Rajastan
Al irme al Rajastán esto fue en aumento, todo el mundo te quería hacer de guía. Incluso recuerdo a un policía que por 3000 rupias me hacía de guía por el palacio de la ciudad y el jantar, el centro meteorológico… Pero, tú no tienes que estar vigilando a la gente en vez de hacer de guía? Con este la tuvimos gorda.
Hacer esos 100 metros hasta la estación fue uno de los peores momentos del viaje, al igual que la entrada al Taj Mahal o la estación de Agra.
En Agra, el top del acoso en la India
Al llegar a Agra, ya iba dudando en volver a casa o que, porque no estaba disfrutando de viaje, pero había invertido mucha pasta y decidí que después del Taj Mahal tomo una decisión.
Al llegar a Agra ya fue de Alfredo Landa o de una cámara oculta, no sé. En el andén del tren, los conductores de tuk tuks corriendo junto al tren, mirando si veían algún guiri.
Cuando me localizan, el único guiri del tren, todos seguían corriendo junto al tren y señalándome, una estampa de bienvenido Mr Marshal, la gente del tren mirándome, como diciendo pobrecito lo que se lo espera.
Y sí, se detiene el tren y todo de conductores de tuk tuk hacia mi maleta, todos la querían coger, tuve que cabrearme con 20 tíos para que me dejaran en paz, salgo fuera de la estación y los 20 se convirtieron en 40.
Ando para alejarme un poco de todo el tema y claro, tuk tuk que pasaba, tuk tuk que me cerraba el paso, les decías que no, y lo que me hacía gracia es que con una seguridad tremenda te hacían un gesto diciendo súbete, como si me hiciera un favor ja, ja, ja.
Los tuktuks
Aquí en Agra, tanto en la estación como en el Taj Mahal, tuve muchos choques con esa gente, con tuk tuks, con falsos guías, con gente que te metía la mano en la cartera…
Estuve a punto de volcar un tuktuk que me cerraba el paso, intentos de estafa a la hora de comprar tabaco antes de entrar en el Taj Mahal, suerte que sabía los precios…
Y aquí decidí que lo mejor era volver a casa, antes de que hiciera daño a alguien o tuviera un problema serio, tenía dos o tres vuelos más interiores contratados, 5 billetes de tren más comprados y algo más, pero esa no era modo de pasar unas vacaciones y lo más importante ya lo había visto, pues hacia casa y el próximo año, más y mejor.
Una pena porque me quedé sin ver muchas cosas y pensaba que al llegar a casa me arrepentiría y al contrario, me sentía liberado aquí casa, la pena es el dinero que perdí. Y la rabia que te hace haber estado todo un año planificando el viaje paso a paso y por un factor que no esperaba que me lo deshiciera todo.
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