Cruzar fronteras por tierra en algunos países puede convertirse en una auténtica odisea. A diferencia de puertos y aeropuertos, se presta a corruptelas aquí y en medio de la nada.
A mí me tocó cruzar la frontera de Vietnam a Camboya en Moc Bai/Bavet.
Cruzar frontera de Vietnam a Camboya, Visados en Vietnam
Si vas como turista a Vietnam, tienes dos opciones: la visa de 30 días o 90 días (dependiendo de lo que pagues) de estancia en el país, o ingresar sin visa, lo cual te da derecho a permanecer durante 15 días. ( actualmente 2024, 45 dias)
Yo elegí esta última opción porque no tenía más tiempo para estar en Vietnam, pero el problema vino cuando las matemáticas no son mi fuerte y calculé mal los días de estancia, quedándome 16 en lugar de 15.
Cruzar frontera de Vietnam a Camboya, Visado de Camboya
Aquí llevaba un visado turístico de 30 días, obtenido en línea en la página oficial de la embajada de Camboya. En línea costaba 36 € y si lo hacías en la frontera, 30 $. No sabía por qué frontera entraría, así que preferí llevarlo.
Un riesgo, ya que no todos los pasos fronterizos aceptan la visa electrónica.
Cruzar frontera de Vietnam a Camboya, LONG PHUONG CAMBODIA
Debes aprender bien este nombre, es el nombre de la compañía de autobuses que debes evitar si no quieres problemas en la frontera. Tampoco puedo garantizar que otras compañías no tengan el mismo negocio montado.
Cómo funciona el negocio en la frontera
En primer lugar, estos autobuses no eran vietnamitas, éramos todos turistas. Eran autobuses VIP, por el ancho de los asientos, nada más, con solo 3 sillas por fila y se estiraban como si fueran camas.
Los vietnamitas subían a minibuses y llevaban a más personas que en estos autobuses VIP; también debe ser diferente el precio.
Mi viaje de Saigón a Phnom Penh costó alrededor de 12 € al cambio.
Una vez arriba, aparece una mujer que no volvimos a ver, pidiendo los pasaportes a todos. Todos los entregamos, suponíamos que era para comprobar si éramos quienes habíamos comprado el billete.
Luego nos explica que el visado para entrar a Camboya cuesta 40 €, los que ya teníamos visado colocamos nuestros pasaportes en otro montón.
Muchos de los turistas llevaban mochilas y sabían lo que valía y no estaban dispuestos a pagar 10 dólares más, comenzó el lío.
Nos dicen que ellos harán los trámites para ser rápidos, que en 10 minutos estarán listos y que si lo hacemos nosotros, tardaremos unas 2 horas y el autobús no nos esperará, algo que no dijeron al comprar el billete, al contrario.
Primera parte del negocio, 10 dólares por visado.
Cruzar frontera de Vietnam a Camboya, Continuamos con el negocio
El viaje se hace largo hasta la frontera, a pesar de la distancia. Durante el viaje, el chico de la compañía que venía con el conductor revisaba todos los visados y pasaportes.
De repente, viene hacia mí, muy contento y gritando, y me dice que me he pasado un día, que tengo que pagar.
Verifico y sí, había pasado un día más. No entiendo su alegría, en Perú te cobraban 1 dólar por cada día extra del mes.
Llegada a la frontera
Finalmente, llegamos a la frontera y al bajar, me cogen y me apartan con otro vietnamita que tenía mi pasaporte y me dicen que debo pagar 50 dólares o me dejan en la frontera.
Intento negociar el precio y no hay manera, les digo que no tengo moneda vietnamita y que aún no tengo la camboyana.
Pago con tarjeta y no se puede, bien, dejadme ir adentro a ver si me dejan pagar con tarjeta o si hay un cajero.
Se pusieron muy nerviosos y me dijeron que no entrara, que eso era lo que tenía que pagar y ya está.
Yo hago como el doble que cualquiera de esos y me estaba enfadando, pero usar la violencia aquí no habría sido bueno porque no sabía si el otro era un aduanero o un cómplice del negocio.
Al final, les quito mi pasaporte y les digo que esta es mi documentación y no tienen por qué tenerla.
Dentro de la aduana
Entro y no hay ningún cajero. Me ofrecen llevarme a un cajero en el pueblo y que el autobús me esperará.
Allí veo la fila de gente que estaba pasando los pasaportes con el policía y me pongo en la cola, y esos dos siguiéndome que no podía ponerme allí si no había pagado.
Llego al policía, revisa las fechas, ningún problema, sello y camino hacia Camboya.
Al salir, me encuentro de nuevo con esos dos, hablando con otro policía y diciéndole al policía que yo no podía entrar porque me había pasado un día.
En lugar de mirar por su cliente del autobús, el tipo iba a por mí. El otro policía que estaba compinchado con esos me envía adentro a ver al policía aduanero.
Me acompaña el del autobús para asegurarse de que iba y el aduanero me dice que todo está bien, que siga adelante.
Salgo fuera y otra vez la misma historia de que el otro policía no me deja ir, que vuelva adentro.
Le explico la historia al de adentro, que su compañero no me deja ir y salió conmigo a la calle y se enfrentó al otro policía, le echó la bronca, que por un día no pasaba nada y que me dejaran ir.
Ya dentro de Camboya
Así que le digo al policía de afuera que me iba y ni me miró a la cara, y al del autobús le dije cuatro cosas.
Subimos al autobús y arranca, faltaban varios de los que habían venido con nosotros en el viaje, se lo decimos y pasa de todo y continúa hasta la frontera con Camboya.
Allí entregamos visados y pasaportes y ningún problema para entrar, pero aún faltaban los que se habían negado a hacer los papeles con los del autobús.
Arranca el autobús, todos se quejaban de que faltaban unos cuantos y el tipo reía y nos lleva a un restaurante a dos kilómetros de la frontera. Esperamos allí a los que faltaban, como castigo.
Primero llega un argentino con tuk tuk, enfadado como una mona, quería comerse al conductor del autobús. Después, después de un rato, llega una italiana completamente sofocada de correr a 35ºC y poco a poco fueron llegando todos menos un inglés del que nunca supimos nada más.
Una experiencia muy mala para la mayoría de los que íbamos en el autobús.
Finalmente, llegamos a Phnom Penh y la ciudad me enamoró.