EL SHOW DEL BUS E35, LIMA

Sumérgete en un mundo de sorpresas y peculiaridades a través de las experiencias cotidianas en EL transporte público en Perú. Desde el caótico y nostálgico viaje en autobús hasta encuentros inesperados con vendedores ambulantes, cada día en este país revela una nueva aventura. Descubre cómo la vida se desenvuelve en las calles de Lima, donde la normalidad a veces se mezcla con lo extraordinario, ofreciendo una perspectiva única y fascinante.

Este país no deja de sorprenderme. Siempre hay algo nuevo que te hace abrir los ojos. Bueno, ya llevo dos meses aquí en Perú, con bastantes cosas ya resueltas. Con dos meses llega un momento en el que hay muchas cosas que ya no te sorprenden, como que los pasos de peatones solo están para decorar el suelo, el claxon de los taxistas por si quieres tomar uno, la canción de los cobradores de autobús, la talla promedio de la gente, los «putos» ahora… que todos te hablen de usted… que durante todo el año se haga de noche a la misma hora…

Una nueva experiencia. Pero aun así, hace unos días tuve una experiencia fascinante: tomar el autobús 35, bueno, el 35 y el 73 paran frente de casa, pero el otro día tenía que hacer un viaje largo, ir a visitar a un posible socio en el centro de Lima.

Ir de Miraflores al centro en autobús son unos 50 minutos, el regreso una hora y algo ( tráfico), es como ir de la zona franca al paseo Valldaura y más o menos ya estás en el centro, no geográficamente, que está más allá, pero hasta el centro del viejo Lima.

El autobús.

El autobús es un viejo autobús escolar estadounidense, convertido en autobús de línea. Primer tema, el autobús en los años 70 se quedó sin suspensión y nunca se supo más de la suspensión, el que estaba a mi lado ya conocía los baches de la calle y cuando llegábamos a uno se agarraba a una barra, mientras yo estaba unos segundos sin tocar el asiento con el trasero.transporte público en Perú

Segundo tema, el autobús está hecho para los niños estadounidenses de los años 40, que ni mucho menos tenían la talla de los niños estadounidenses de ahora, total, las rodillas clavadas en el respaldo delantero y como aquí conducen a saco todo el tiempo empotrado con el asiento de adelante, sales del autobús pensando que te has lesionado los ligamentos, joder.

El espectáculo transporte público en Perú

Tercer tema, el viaje, el viaje es todo un espectáculo. Cada vez que el autobús se detiene en una parada, sube alguien con su empresa a «cuestas».

Bebidas.

Primero subió uno que vendía gaseosas (aquí son Coca Cola, Inca Cola, Fanta, etc.), si hay poca gente les da tiempo para salir antes de que arranque el conductor.

Chocolate.

Siguiente parada, un hombre mayor vendiendo choco tejas (chocolatinas), tercera parada mal rollo, por delante sube uno vendiendo helados, pero por detrás sube otro vendiendo caramelos, ahí noté un poco de tensión.

Tercera parada, el cobrador pasa a cobrar unsol con veinte del viaje, un tipo con una gran capacidad de memoria, ya que recuerda a todos que no han pagado aún y a quién sí ha pagado, un crack.

El circo transporte público en Perú

La siguiente parada ya fue de traca, sube una mujer vestida de payasa, hace un show tipo el club de la comedia sin gracia. Y luego nos cuenta el rollo, que ha venido de provincias con un circo pero la policía los ha metido a todos en la cárcel y ella solo quiere trabajar, etc., etc., esto tiene gran éxito entre el público, más por el rollo final que por el show, a mí no me convenció.

Música.

La siguiente parada un chico joven con una guitarra rota, con las cuerdas atadas de cualquier manera. Nos cuenta que le rompieron la guitarra, unos que no les gustó el show, que solo hacía un mes que la tenía y que estaba aprendiendo a tocar, yo no le habría roto la guitarra, yo le habría roto la cara directamente.

Hora de comer transporte público en Perú

Siguiente parada, llega la hora del almuerzo ¡bien! ¡Bocadillos! Como los que hacen los chinos por la calle en Barcelona al salir de la discoteca. ¡A un sol! Hay de todo, de pollo, de pollo rebozado, de hilo de pollo (pollo desmenuzado) y de pollo con no sé qué, poco éxito tuvo, la gente acababa de comer ya.

Cine.

Para continuar el viaje, qué menos que distraernos, pues sí, sube uno vendiendo las últimas novedades en DVD, fracaso total, pobre chico.

El desastre.

Y luego sube el crack del viaje, este no vende nada, pregunta directamente, y te lo dice claramente que él no sabe hacer nada, joder, qué triste, a los 50 años que no sepas hacer nada…

Al final ya ni me acordaba del posible socio, es más, dudé si quedarme el resto del recorrido en el autobús. Es que a partir de allí empezaban otro tipo de barrios y quizás subía algún vendedor de coca o armas o quién sabe si habría habido show de cabaret y todo.

Ya sabéis, si vais a Lima, coged el E35 o el E73 ruta A.

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